Se ha dicho en este espacio que los alumnos y jóvenes de hoy son inexpertos acostumbrados a que las cosas deben ser con instructivo o manual de uso, y que hasta desearían manejar su vida y resolver sus problemas con él. Se insistía que la realidad no tiene instructivo y los problemas de la vida deben resolverse con la experiencia adquirida con los años porque “no pueden manejarse por catálogo”. Y podrá ser muy cierto, pero me parece que no debemos confundir experiencia con técnica. Porque, lo ideal sería que desde el Presidente de la República hasta el servidor público menor realizara sus funciones mediante un manual eficaz o, acaso sustituir los que tiene considerando las circunstancias actuales. Nadie nace sabiendo, es cierto, pero tal vez así se evitarían errores como los cometidos en todas las materias y que a todos nos ha afectado. Porque pareciera que estos últimos gobiernos tecnócratas estudiaron en escuelas “patito” nacionales y del extranjero, o tal vez no entraban a clases, o no ponían atención, qué sé yo. O quisiera pensar que resultaron ser unos “patitos” para la administración pública y que no se sometieron a los poderes de hecho. Si el gobierno es un aparato entonces debe regirse mediante manuales como así nos los exige en el cumplimiento de las leyes.

Por otro lado, la experiencia personal se adquiere con los años, y a veces, ni con eso. La vida tan corta y el  mundo tan cambiante la tendencia es el “aquí y ahora” y me parece que con la técnica se logrará rápidamente un objetivo. De ensayos ha sido suficiente durante los últimos doscientos años. Tal vez con experiencia no lograremos prontamente el manejo de una nueva tecnología, digamos, las funciones de un nuevo dispositivo del celular o televisor, pero con un instructivo lograremos entender su funcionamiento sin esperar tener experiencia en su manejo. Entendiéndose, claro está,  que la técnica implica la aplicación de un método científico en forma, y la experiencia se basa en la adquisición de una destreza mediante la práctica continua en cierto tiempo.

Por eso creo que deberíamos compartir nuestra experiencia dotándoles de técnicas para ahorrarle  tiempo y esfuerzos al que apenas inicia para lograr el desarrollo como nación, y que cada quien aprenda de la experiencia individual o ajena para resolver sus problemas personales. Probablemente nadie sea igual a otro, pero debemos encontrar un punto coincidente si queremos desarrollarnos como nación, aceptando de antemano que cada quien tiene algo que nos hace únicos. Y esto es lo que nos hace diferentes para alcanzar lo que queremos.             

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Autor: felixfrancisco (Visita mi Oficina)