En días pasados alguien asesinó virtualmente al ex presidente Miguel de la Madrid y el efecto dominó se expandió a través de diversos funcionarios que sin poder corroborar dicha noticia lanzaron las condolencias a la familia, que por cierto, dada la situación actual  de Don Miguel no debió haberles causado mucha gracia.

                Sin embargo, el título de esta columna viene más por aquella falsa anécdota del creador de la guillotina que regaba la creencia de que la cabeza del propio inventor había sido la primera en pasar por el filo de la navaja, y es que resulta, que quien comenzó el fatídico rumor fue el gobernador de Veracruz Javier Duarte,  sí, efectivamente aquel que el 20 de septiembre, a través de la Gaceta oficial realizó una modificación al Código Penal del Estado de Veracruz, creando el delito de perturbación del orden público a quien por cualquier medio afirme falsamente la existencia de aparatos explosivos u otros; de ataques con armas de fuego; o de sustancias químicas, biológicas o tóxicas que puedan causar daño a la salud, ocasionando la perturbación del orden público, se le impondrá prisión de uno a cuatro años y multa de quinientos a mil días de salario, atendiendo a la alarma o perturbación del orden efectivamente producida.

                No es que el gobernador hubiese caído en el supuesto que menciona, sin embargo, no estuvo tan lejos, y es que el ex presidente no dejó tan buenos recuerdos a sus ex gobernados, que de haber sido alguien con más carisma las reacciones no se hubieran hecho esperar, que no es equiparable con una bomba, un incendio, un ataque con arma de fuego, no. Sin embargo, es una muestra de que las redes sociales no son tan exactas como se quisiera, y que un error cualquiera lo comete, y que estos errores, a fin de cuentas pueden ser de una magnitud poco proporcionada, es decir, cuando se hace tropezar al presidente de la república que supongo yo debe tener línea directa con todos sus antecesores, o peor aún, un ejército de asesores, no le puede quedar uno sino abochornarse, pero ni hablar, sigan proponiendo leyes, total, ahí está dios que ni cumple antojos ni endereza jorobados.  

P.D. En poco tiempo hemos de enterarnos la realidad de las cosas, o que Duarte puede ver más allá de lo evidente, o que los hackers no dejan títere con cabeza o que alguien tiene como asesor a su peor enemigo.     

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Autor: jcdiazlopez (Visita mi Oficina)