Cafeteando

49 Obama, lo que le espera Iniciado por: Maxwel Smart


Recibido de Gabriel Guerra por e-mail 19 de enero de 2009 Obama: lo que le espera... El día tan ansiado por muchos y temido por algunos está por llegar. La palabra “histórica” ha sido ya tan llevada y traída que da algo de pereza utilizarla, pero tampoco hay muchos sinónimos. Lo que está por suceder mañana martes en Washington, DC, verdaderamente no tiene precedentes. No se trata solamente de Barack Obama en sí. Apenas hace un año la idea de que un candidato negro pudiese ganar la Presidencia parecía aventurada y no faltaban las admoniciones de muchos que decían: “No lo van a dejar llegar”. Pues ya llegó, prácticamente. Está Obama en el umbral de la Casa Blanca —deliciosa ironía— y se prepara para asumir no sólo el más alto cargo de su país, sino uno de los mayores paquetes que presidente entrante alguno haya encarado en EU. La lista de pendientes es para apantallar a cualquiera: dos invasiones/guerras/ocupaciones entrampadas en Irak y Afganistán; una crisis económica y financiera mayúscula que no parece tocar fondo; aliados en serios problemas y rivales en auge; conflictos internacionales como el Medio Oriente que afectan significativamente la imagen de su país y una opinión pública que si bien le da el beneficio de la duda también tiene puestas sobre él expectativas que superan con mucho las posibilidades y de paso la realidad. No es fácil siquiera decidir por dónde empezar. ¿Por los bancos, que no sólo han absorbido la parte del león del rescate financiero, sino que la han usado con visión de corto plazo y egoísta? ¿Por los distintos sectores industriales en apuros que no saben bien a bien si son o serán rentables después del salvamento? ¿Por Irak y Afganistán, que se ahogan en un pantano made in USA? ¿O por el nuevo papel de Rusia, el oso que ha decidido salir de su cueva y que ahora amenaza a sus vecinos y de paso pone en riesgo la estabilidad energética de Europa? ¿Acaso por China, que es tal vez el principal acreedor de EU si tomamos en cuenta la cantidad de bonos del Tesoro y otros papeles gubernamentales que posee? ¿Tal vez mejor por la así llamada Alianza Atlántica de la OTAN, que ve cómo los intereses de sus socios europeos y los de EU son cada vez más divergentes? ¿O por su “patio trasero” latinoamericano, que es hoy más antiestadounidense que en cualquier momento desde los 60? ¿Por sus vecinos inmediatos, Canadá y México, el uno cerca de la división entre este y oeste y entre francófonos y anglos y el otro inmerso en una guerra contra el crimen organizado que debería tener angustiado a EU por el riesgo de un derrame? Hay otros asuntos, más lejos de casa, como los proyectos y ambiciones nucleares de Corea del Norte y de Irán, o la oleada fundamentalista que arrasa con Oriente Medio y Lejano y pone en riesgo la estabilidad de docenas de regímenes cercanos a o incluso aliados de EU, desde Egipto y Arabia Saudita hasta Paquistán. Y ya que hablamos de este último, ¿qué hay del riesgo muy real de que ese país y su gobierno pudiesen colapsarse y dejar en manos de quién sabe quién su arsenal nuclear? ¿O de que la mera amenaza de dicho colapso echará a andar a los militares en India, temerosos siempre de sus vecinos y con su propio armamento atómico? No hace falta ir tan lejos para encontrar asuntos pendientes. Con todo y el histórico (sí, ya sé, la palabrita famosa) triunfo de Obama, la sociedad estadounidense ni de lejos ha superado sus prejuicios y sus barreras sociales y raciales. Todo lo que el próximo e inminente presidente de EU representa para sus congéneres y para otras minorías en términos de esperanza y de ilusiones es lo que atemoriza a un sector silencioso que tal vez no se atreve a decir hoy en voz alta lo que piensa acerca de que “uno de ésos” los vaya a gobernar. No sé cuánto tiempo le pueda durar a Obama el bono de su elección, cuánto tarden sus contrincantes, dentro y fuera de su partido, dentro y fuera de su gobierno, en comenzar a ponerle obstáculos y piedras en el camino, pero paradójicamente quien más le ayudará en estas primeras semanas y meses será George W. Bush, pues su solo recuerdo bastará para allegarle a Obama paciencia, comprensión y simpatías.
  • Creado: 2009-01-20
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  • Ultimo comentario:2023-08-15 18:14
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