Considero, que esta reforma favorece (como siempre) a un sector privilegiado de la población, puesto que la clase media, compuesta en su mayoría por empleados, no se encuentran en posibilidad de elaborar directamente sus declaración, sino que es la empresa para la que trabaja, la encargada de de hacerlo por ellos ( Solo aquellos empleados, con los ingresos más altos, sí pueden elaborar su declaración por su cuenta). En consecuencia, dificilmente una empresa encargada de elaborar las declaraciones de cientos de empleados, gastará recursos humanos y administrativos, para individualizar las declaraciones de cada empleado.
De tal forma, las personas que se beneficiarían directamente con esta reforma, son los propios empresarios, que ya de hecho cuentan con capacidad económica para solventar dicha erogación.
Aunado a lo anterior, si bien es cierto que la educación en México, reviste de especial importancia, definitivamente no es un gasto indispensable, para la obtención de ingresos ( que es lo que grava el ISR), y dado que los ingresos obtenidos en el presente ejerciio fiscal, han ido disminuyendo cada vez más, considero que no es el tiempo para implementar una reforma de esta naturaleza.
