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  • Consulta : 282611
  • Autor : Magister Curiae
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  • Autor
    Respuesta No: 394338

  • Magister Curiae
    ABOGADO PENAL


    (Visita mi oficina)

    ADDENDUM:

    janeeeee:

    Al leer la respuesta del colega AdvocatusRectus (cordiales saludos), revisé nuevamente su consulta inicial, y caí en la cuenta de una cuestión tan inverosímil, que ello motivó que ampliara mis comentarios, porque se pone de manifiesto que el denunciante mordido está mintiendo descaradamente.

    En efecto, usted escribió que:

    "…el alega que la perra brinco saco el osico atravez de la reja de la puerta y le mordió el pecho…" (SIC)

    Así que usted tiene motivos para felicitarse porque tiene una perra mucho más inteligente que el mendaz sujeto que declaró imposibilidades, tales como las que a continuación le enuncio, esperando que usted se ría a carcajadas como yo mismo me reí cuando vinieron a mi mente:

    1.- La perra tuvo la inteligencia tan grande que calculó con toda exactitud que el individuo estaba tan cerca de la reja de la puerta, que podía sacar el hocico y morderlo en el pecho.

    2.- La can tuvo la inteligencia tan grande que calculó con toda exactitud la distancia desde la cual debía dar un brinco para alcanzar a meter el hocico por entre los barrotes de la puerta.

    3.- La podenca tuvo la inteligencia tan grande que calculó con toda exactitud la posibilidad de dar un brinco, la posibilidad de atinar a meter el hocico por el estrecho lugar de entre dos barrotes de la reja, la posibilidad de atinar a sacar el hocico por el estrecho lugar de entre dos barrotes de la reja, la posibilidad de morder al sujeto si su pecho se encontrara a mayor distancia de diez centímetros de la reja, la posibilidad de…

    bueno… llegando a este punto la pena de aclarar que debo admitir que a su animal canino le faltó la inteligencia necesaria para percatarse que al saltar sobre la puerta para morder al estúpido denunciante, la perra necesariamente se daría tal golpazo y se lesionaría todo el hocico, a tal grado que de verdad hubiera quedado como el caballo blanco del famoso corrido mexicano, "con el hocico sangrando".

    Desafortunadamente me estoy carcajeando tanto con lo que le escribo, que debo dejar de hacer anotaciones aunque agrego que incluso me vino a la mente la idea de defenderle a usted (y a la perra) sin cobrarle honorarios, me conformaría con que simplemente me invitara una taza de café, porque la verdad me gustará ver la cara que pone el imbécil que formuló la denuncia por lesiones cuando me encargue de ponerlo en su lugar en mi papel de abogado defensor.