gcorona:

Dispongo de calendarios de bolsillo que cubren del año 1960 al 2017, e incuso algunos pocos anteriores a la primera fecha citada, esta práctica la he tenido desde mis épocas de estudiante de la abogacía y me ha servido muchísimo, pues también conservo agendas del abogado que cubren desde 1974 a la fecha actual.

El uso que les doy a tales documentos es para consultar qué día de la semana y qué posible actividad tuve en determinada fecha, así como para hacer lo mismo en relación con mis clientes, de tal manera que la información es aprovechable para mis juicios y demás asuntos profesionales.

Como ejemplo del buen uso de esas agendas, cito que en alguna ocasión, cierto actuario de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje certificó que a uno de los abogados del despacho le había dejado citatorio para recibir una demanda laboral y certificó que al día siguiente realizó el emplazamiento, pero al consultar mi agenda me percaté que todos los abogados estuvimos esos dos días llenos de trabajo en audiencias en la misma junta que duraron todo el día, y tal circunstancia constaba fehacientemente en los respectivos expedientes, por lo que promoví la nulidad de actuaciones y la falsedad de las certificaciones del actuario en cuestión. Ni qué decir que conseguí todo lo que quería y posteriormente gané el juicio.

Lo anterior se lo menciono porque usted puede hacer una comprobación similar para, en su caso, anular el contrato por falsedad de la firma de su padre, sobre todo si acredita que estuvo de viaje, en otro lugar, etc….., en vez de haber estado en el lugar en que supuestamente fuera firmado el contrato.

Ni qué decir que usted tendrá que objetar la autenticidad de la firma de su padre en el contrato y recurrir a los servicios de un buen perito en materia de grafometría, grafoscopía y documentoscopía, así como deberá acudir ante el agente del Ministerio Público e iniciar carpeta de investigación por los delitos de fraude procesal, de falsedad de documento y de uso de documento falso.