La Ley de igualdad de Género (*) y el artículo 4° constitucional, establecen la igualdad que debe existir entre el hombre y la mujer, así como las disposiciones contenidas en los tratados internacionales suscritos por el Estado Mexicano que todos conocemos y que nadie puede discutir. Pero la realidad es muy distinta, ante estas situaciones de franca discriminación, observamos que las autoridades se niegan rotundamente a cambiar sus actitudes, adoptando criterios con los que ya están acostumbrados a lidiar, estas “autoridades” adiestradas a tratar delitos como robo, secuestro, asesinatos y el de mas auge el narcotráfico, etc. Les causa extrañeza y desasosiego encontrarse con una atípica denuncia de “discriminación” y nos damos cuenta rotundamente que no saben cómo tratarla, y mucho menos darle el curso legal adecuado.

En su caso deben existir las pruebas que menciona, donde dice que no mintió sobre su estado de gravidez, así que siga los consejos que le han brindado.

(*) Desgraciadamente esta Ley marca normas de cumplimiento, pero omite o adolece de enunciar los castigos para quienes incumplan.