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AutorRespuesta No: 240584
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Fecha de respuesta: Sábado 01 de Octubre de 2011 10:25 2011-10-01 10:25 desde IP: 189.136.93.213
garovalo:
Se nota a leguas que usted ni tantito conoce las escuelas particulares y les achaca los males que están presentes en las escuelas públicas en las que sí existen reglamentos que son dados a conocer a los padres y alumnos antes de que queden inscritos, cosa que está ausente en las escuelas públicas en las que, una vez inscritos los alumnos, y hasta el momento en que comienzan a asistir a sus clases es cuando “aparecen” los supuestos reglamentos.
En anterior intervención hice notar que se debe educar con el ejemplo, lo que me trae a la memoria que, cuando estaba en su punto álgido el problema de la influenza H1N1, en algún momento el Secretario de Salud recomendó abstenerse del uso de la corbata, y entonces, un día que entraba al Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, los policías de la puerta me indicaron que me quitara la corbata porque estaba prohibida al ser una fuente de contagio, mi respuesta fue que, en primer lugar, era falsa la tal prohibición, y en segundo lugar que mi corbata había salido de la tintorería el día de la víspera, pero que en todo caso esos policías eran quienes deberían quitarse los chalecos antibalas porque esos sí que tenían toda una vida sin haber pasado por un servicio de limpieza, así que reclamé que pusieran el ejemplo.
Carezco de nietos, pero tengo sobrinos que han cursado estudios en escuelas particulares y he participado en defensa de mi sobrina en ocasión de que sufrió acoso de parte de varios profesores y de la dirección, pues decían que tenía mala conducta y llamaron a los padres para platicar del asunto, pero esto fue después de que un día la estuvieron acosando con interrogatorio tipo Policía Judicial.
¿¡¿Qué regalan las calificaciones?!? esto acontece y con mucha frecuencia en las escuelas públicas, lo he visto infinidad de veces, también doy constancia de que hace muchos años que impartí clases en una escuela secundaria Técnica, y de 180 docentes, solamente habíamos cinco titulados, mientras que en las escuelas particulares todos, absolutamente todos los profesores están titulados, porque la Secretaría de Educación aquí si vigila estos aspectos, mientras que tolera muchas faltas de las escuelas públicas por temor a paros, huelgas etc.… del SNTE, tan es así que los secretarios de este sindicato cuando abandonan su cargo sindical son “premiados” con un cargo en la administración pública.
Y hará un par de meses que a un abogado le impidieron la entrada al Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal porque estaba vestido con chamarra y SIN corbata, pero se abstuvo de defenderse seguramente porque lo habían castrado en su niñez, enseñándole que los reglamentos pueden ser invocados al arbitrio de quienes cuidan la entrada.
Usted bien lo ha dicho en la intervención suya que comento: “…tuve un maestro de taller... que era una m...ierda... con todas sus letras.. nos robaba todo lo que podia... y nos vendia las calificaciones... nos extorsionaba.. inventaba cosas...” (SIC), y ese profesor debió de serlo en una escuela pública, cuenta habida que los “talleres” son inexistentes en las escuelas privadas, así que usted mismo está confesando que es en las escuelas públicas donde existen profesores delincuentes y alumnos que “compran” las calificaciones.
Por eso es que nuestro México está tan mal, porque los alumnos de las escuelas públicas están acostumbrados a conseguir calificaciones aprobatorias aunque carezcan de los conocimientos, mientras que en las es cuelas privadas sí adquieren conocimientos porque las autoridades educativas ejercen mucha mayor y efectiva vigilancia sobre ellas.
Por eso es que nuestro México está tan mal, porque los alumnos de las escuelas públicas se preocupan más por “transar” que por ser buenos estudiantes mientras que en las escuelas privadas los estudiantes tienen clases inclusive duplicándolas o triplicándolas para que las mismas clases sean en español y en idiomas extranjeros de tal manera que dominen otros idiomas.
Pero los estudiantes mexicanos de las escuelas públicas se gradúan con apenas conocimientos de que existen otros lenguajes además del español.
Claro está que dentro de los estudiantes mexicanos de escuelas públicas existen excepciones, pero las mismas se encuentran gracias a sus padres que se preocuparon por proporcionarles educación extraescolar, como aconteció en mi caso y en el de mi hermano, que contamos con profesores particulares de idiomas y otras materias, así como con un gran acervo bibliográfico a nuestra disposición, lo mismo que automóvil.
En cuanto a lo que usted asevera de usar agua y jabón, así como trajes y corbatas para presentarse ante el patrón, esta es una práctica normal y diaria de los alumnos de las escuelas privadas, que hasta llevan automóvil desde que son estudiantes, y carecen de tatuajes y otras manifestaciones que son propias de las subculturas de los barrios populares, pues precisamente la cultura y la educación son herencia que inculcan los padres, así que si usted lo desea, podemos continuar hablando acerca de quiénes tienen mayores merecimientos para acceder a los mejores empleos, pero NO omito referirme a su mal informada concepción de que ciertos egresados de universidades privadas se preocupan más por un crédito para adquirir automóvil, porque como ya antes se lo dije: desde que son estudiantes cuentan con vehículo automotor (del que carecen muchos profesores de escuelas públicas) y en vez de comerse una torta en la calle se van a desayunar a buenos restaurantes, inclusive le manifiesto que mi sobrino y sus compañeros de escuela, cada seis meses que tienen vacaciones alquilan una casa en Acapulco o Zihuatanejo para vacacionar, mientras profesores de primarias y secundarias públicas se quedan en sus casas (rentadas) pero NO para estudiar y preparar sus clases, sino para emborracharse, que también he visto que eso es lo que hacen, a menos que se encuentyren acampando en el Zócalo ya del Distrito Federal, ya de Oaxaca o en marchas y mítines con uno u otro pretexto para evitar la responsabilidad de impartir sus clases, pero eso sí: exigir que les paguen indebidamente lo que son incapaces de ganarse con un verdadero y real desempeño de su trabajo.
Buenos días.
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