Wensy:

Seguramente es una chica de corta edad, impulsiva pero inexperta, como un pececito grotescamente disfrazado de tiburón, nadando en un mar de grandes escualos, que le siguieron el juego y eso le hizo sentir seguridad y siguió nadando más profundo y entonces se encontró con el hecho de que no todos están dispuestos a tolerar su juego, es el momento de usar la elegancia de una dama y el conocimiento de los sabios para emprender la retirada, la mayoría de las veces el quedarnos enfrascados en una estéril discusión no arregla nada.

La soberbia jovencita se disfraza de afán de defender la verdad, manifestada con una ortodoxia altiva y crispada, que avasalla a los demás, con un equivocado afán de precisarlo todo, de juzgarlo todo, de querer tener opinión firme sobre todo, actitudes que suelen tener su origen en el orgullo tonto y simple de quien se cree siempre poseedor exclusivo de la verdad. En vez de servir a la verdad, se sirven de ella o de una sombra de ella, y acaban siendo marionetas de su propia vanidad, de su afán de llevar la contraria o de quedar por encima.

Y mire usted que he seguido su paso a través de la consulta inicial sobre su maestra, sus disculpas al Lic Ulloa y al Lic. Garovalo y justamente en esta parte me atreví a justificarla en aras de mi muy lejana juventud y como lo dije en ese post, lo digo ahora, sentí empatía con usted porque de igual manera también cometí algunas estupideces en mis inicios, gracias a Dios alguien a mi lado me lo hizo notar y emprendí retirada, pero aprendí a conectar mi lengua al cerebro antes de abrir la boca.

“…La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano…”