Estado de Referencia: Querétaro
Buenas tardes mis estimados colegas que gustan por dedicarse al litigio, litigar no es fácil en estos tiempos, debemos ser muy cuidadosos y especialistas en la materia que elegimos, en ocasiones nos encontraremos con burocracia judicial, otras con clientes que a la larga se niegan a remunerar los honorarios, y claro nuestras contrapartes que son recios a la hora de negociar.
Ciertamente el litigio es muy emocionante, en lo personal me hace los días muy amenos y me dibuja en la cara una sonrisa cada que me notifican una sentencia favorable a los intereses de mi cliente, no por que signifique una mejor remuneración, sino por el placer de leer la argumentación y por la satisfacción de haber conseguido lo que se pretendía en el inicio del juicio.
Pero en esta ocasión, quisiera su opinión, su consejo, cuando se está en el otro lado de la moneda, ciertamente no seré el primero, ni el ultimo y tampoco dejare de estar expuesto a que esto me vuelva a pasar, bien dice el dicho “hasta al mejor cazador alguna vez se le escapa la liebre”, inclusive alguna vez leí que al inicio de su carrera del gran escritor, jurista, maestro y todos los adjetivos que merece el señor, Don Ignacio Burgoa, llego a cometer algún pecadillo jurídico que le llevo a que le negaran el amparo.
Así pues también a lo largo de estos ya 10 años de dedicarme al litigio, ciertamente he cometido alguno que otro error garrafal, sin embargo cada que ha pasado he tratado de buscar la solución y gracias a Dios, se resuelven favorables, o puede ser que las cosas no salgan como se quisiera pero no ser imable el resultado al abogado. Pero más bien quiero insistir en el primer caso, cuando uno comete un error y créanme no sé… siempre me pasa lo mismo, entro en un estado de frustración, depresión, auto-castigo, me maldigo, me dan ganas de tirar la toalla…
Y es que sucede que ayer me notificaron que la Sala Unitaria del Tribunal Contencioso Administrativo, me desecho un Recurso de Revisión, es decir, que interpuse ese recurso luego de que en la primera instancia al dictar sentencia el Juez de lo Contencioso Administrativo confirmara el acto de autoridad, consistente en una revocación de una licencia de venta de alcohol…
Así las cosas, el argumento del Magistrado de la Sala, refiere que dicho recurso no es procedente puesto que la sentencia recurrida no encuadra en las hipótesis planteadas para su procedencia en la ley de la materia… Por tanto al ser una sentencia que ya no admitía recurso alguno concluyo (esto no lo argumenta el Magistrado) que lo procedente era el Amparo Directo…. No se necesita ser un genio para saber que el tiempo que tomo al Juzgado de primera instancia radicar el recurso, dar vista a las autoridades responsables y que las mismas dieran contestación, turnara el cuadernillo del recurso a la Sala y esta radicara dicho recurso…. Tardo más de 15 benditos días hábiles, tiempo que tuve para haber interpuesto el Amparo Directo….
Así pues me coloque en un estado en donde al parecer no hay ya ningún recurso por agotar y ciertamente me siento culpable… frustrado…. He pensado en promover un Amparo Indirecto en contra del auto que desecha el recurso… en fin lo que haga tendré que estudiarlo muy bien y con mucho detenimiento… sin embargo la consulta no es jurídica.
Es precisamente en ese estado emocional que me causa este tipo de situaciones, hablando con algunos colegas, me dan ánimos y me dicen que a ellos también les ha pasado, que trate de manejar la situación con mi cliente y que no me exponga a que me responsabilice del todo de esta situación, ciertamente me siento culpable, me siento desanimado, no sé como planteárselo a mi cliente…
A lo largo de esos 10 años de litigar he visto “colegas” que vuelta tras vuelta es pedir dinero a sus clientes y quedan muy mal, abandonan el juicio y los veo como si no tuvieran conciencia, moral, como si no les importara, y además gozan de “suerte” y casi nunca se les inicia algún procedimiento en contra de ellos que si comenten inclusive conductas que pueden encuadrar en una responsabilidad penal. Mi conducta o más bien mi error ciertamente se que pudiera deparar en una responsabilidad civil y créanme que eso si me preocupa pero es lo menos.
Lo que realmente me preocupa demasiado, es precisamente como planteárselo a mi cliente, cómo decirle que se perdió el asunto y poco ya queda por hacer, si bien el asunto era difícil, pudimos gozar más tiempo de una suspensión, como decirle que tendrá que cerrar su establecimiento, su fuente de ingresos, los trabajadores de ese lugar, cómo hacer para no cargar con esta culpa, y como librarme de toda esa carga emocional que no me deja pensar con claridad para buscar lo que realmente le importa a mi cliente, una solución…. Solución que debería de pensar con la mente fría… pero y si no llegará a encontrarla??
Esta es mi confesión, mi comentario que espero, ustedes amigos foristas tengan a bien dar su punto de vista, dar algún consejo personal… Pasen buena tarde.
