Estado de Referencia: Distrito Federal
El día 26 de diciembre como a las 11:30 de la noche so pretexto de estar hablando por teléfono al ver que se tardaba demasiado mi hijo de nombre, Eduardo Daniel campos López, me dirigí al patio de mi casa, y le grite para pedirle que ya se metiera a la casa, ya que hacia frio, era muy noche y al otro día teníamos que trabajar, al no obtener respuesta lo fui a buscar donde se ubicaba y mi sorpresa es que me lo encuentro fumando droga (marihuana). Como ya habíamos tenido situaciones parecidas anteriormente, le dije que, que había pasado con las pláticas anteriores, a lo cual no me responde ni una sola palabra, acto seguido le grito de palabras alzo mucho la voz y empiezo a discutir, su madre sale unos minutos después y pregunta que paso, le platico las cosas y le digo míralo y huélelo, ella se da cuenta de que esta fumando droga, y le empieza a reclamar, después ella se pone a llorar y el empieza a caminar hacia adentro de la casa, mientras le digo que ya no lo quiero más ahí en la casa que se marche que de ese modo no podemos seguir, él ni siquiera se inmuta, llega hasta su cama y nosotros lo seguimos hasta allá, seguimos discutiendo y le sigo gritando cosas pero el sigue sin contestar palabra alguna. Acto seguido contactamos a sus padrinos de bautizo, vía telefónica a los cuales yo pienso que les tiene más respeto, ellos le hablan a su celular de manera inmediata, hablan con él y le piden que vaya a casa de ellos para tener una plática, a lo cual el asiente pero transcurre todo el fin de semana sin el ir a casa de ellos ya que ellos no pueden venir, a mi casa porque el que es su padrino está casi recién salido de una operación.
El joven Eduardo tuvo un accidente en el ojo derecho el día sábado en el trabajo al parecer le entro una rebaba cuando estaba esmerilando algo, y no ha querido atenderse, lo mandaron de su trabajo a urgencias y no ha querido ir, cuando salgo a trabajar en la mañana, el regresa una media hora después según él, porque va a hacer trámites del seguro, si ha hecho algunos, pero no se ve que tenga ganas de asistir a tomar la atención médica, en esos momentos me informa mi esposa que sigue consumiendo droga no lo ha visto hacerlo, pero la peste de la misma delata al joven.
Ya no hablo con él porque no puedo hacerlo de manera civilizada y ordenada y ya en varias ocasiones, él se hace el ofendido por que le pido que deje de hacer eso de andar fumando droga y con su necedad algunas veces pretendemos llegar hasta los golpes pero la interposición de su mama ha evitado que eso suceda.
Ya no puedo seguir así por que la situación y el ambiente en la casa es de sobresalto, temo por la integridad física de mi esposa e hija, ya que el a veces las agrede emocionalmente, verbalmente y hasta en alguna ocasión físicamente, me ha demostrado que no tiene ningún respeto hacia su persona, casa o a su familia.
Por tal motivo le he vuelto a pedir que busque un lugar donde el viva solo, si quiere y nadie lo moleste ni se meta con él, y de ese modo haga su vida, como el mejor crea conveniente, porque en casa no apoya, en nada no quiere ni siquiera lavar su ropa se ha vuelto muy descuidado y la impresión que da es que solo ocupa la casa como hotel, para descansar, hacer su consumo a veces comer y salir a disfrutar con sus amigos, y le he pedido que se busque otro lugar donde viva, ya que es sano físicamente y tiene un trabajo donde no gana tan mal.
